Hace tiempo que, tomando un café en la oficina de Acerca, surgió la idea de crear este blog. Una Colección Imaginaria donde recoger aquellas obras de arte que, durante nuestro trabajo cotidiano, se nos habían quedado en la retina (o incluso en el corazón). Piezas que, muy probablemente, nunca podremos comprarnos en realidad, pero que han marcado nuestra trayectoria a lo largo de estos años en el trabajo de comunicar el arte, esa labor de hacerlo más accesible, cercano, comprensible y atractivo.

Aquella idea de una Colección Imaginaria nos ha seguido rondando en la cabeza y ahora, por fin, con nuestra nueva web, nos decidimos a ponerla en marcha y compartir algunas de esas piezas que, si pudiéramos, compraríamos y colgaríamos en nuestra pequeña oficina de c/ Fernando VI.

Me toca a mí empezar con esta fotografía de Brígida Baltar, artista brasileña. De su serie «Coleta da Neblina» (2001).

Brigida Baltar Coleta Neblina

Era mi primer año trabajando en prensa de ARCOmadrid. Esa feria que había visitado desde pequeña, de la mano de mi madre en el Palacio de Congresos, en la Casa de Campo y, por supuesto, en Ifema. Para mí era toda una oportunidad que se fue perfilando y convirtiendo en uno de los pilares fundamentales de mi carrera profesional.

Recorría los pabellones con una mirada nueva, habiendo hablado previamente con cada galería para pedirles materiales y fotos que subíamos a una web que era pionera por aquel entonces, cuando la mayor parte de las galerías ni siquiera tenían página web propia. Notas de prensa, llamadas, preparativos para las ruedas y presentaciones. Un trabajo arduo para que la prensa pudiese trasladar al público lo más destacado de la feria y las últimas tendencias del arte contemporáneo.

Después, tocaba acompañar a las televisiones a grabar sus crónicas en los pabellones, estar a la caza de las piezas más destacadas, cubrir cada acto y presentación que se realizaba en los días del certamen, tomar el pulso al ambiente para saber cómo se estaban desarrollando las ventas. Correr, pabellón arriba, pabellón abajo, ayudando en lo que fuese necesario.

Y en una de esas carreras por los pabellones, un pequeño stand que me hace pararme. La galería brasileña Nara Roesler que presentaba unas fotos que me atraparon. La serie Coleta da Neblina (Collecting Mist) de una artista que para mí hasta ese momento era desconocida: Brígida Baltar.

Me atrapó la delicadeza de la imagen, la niebla captada a través del objetivo y recogida en pequeñas botellitas que la artista se echaba a la espalda. Una carga liviana y lírica. La niebla mágica que envolvía aquellas fotos enormes. La niebla, la boira de aquella canción de Lluís Llach, la niebla que no nos deja ver pero hay que seguir caminando, a pesar de ella. La niebla y el acto poético de querer guardarla delicadamente. Como la huella que van dejando en la memoria las dificultades de la vida.

Han pasado casi 15 años y todavía recuerdo aquella foto, inicio de un camino profesional que entonces estaba cubierto de niebla y que ahora sé que es apasionante. Han pasado casi 15 años, pero tenía muy claro con qué pieza iniciar esta colección imaginaria de Acerca Comunicación. Recogiendo niebla.

Cristina Ruiz Fernández

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